miércoles, 6 de noviembre de 2013

TRATADO DE MIRAMAR


 El 11 de Abril de 1864Luego de haber aceptado Maximiliano el trono de México ofrecido por los conservadores, Carlos Herbet, Ministro Plenipotenciario de primera clase, Consejero de Estado, director en el Ministerio de Negocios Extranjeros, y Joaquín Velázquez de León, su Ministro de Estado sin Cartera firman –por Napoleón y Maximiliano, respectivamente- los Tratados de Miramar. En ellos Maximiliano acepta, además del protectorado francés, comprometedoras cláusulas adicionales secretas y también reconoce la nacionalización de los bienes del clero, opuesta al interés de los conservadores que lo han proclamado emperador.
Al principiar el año de 1864, el Archiduque Fernando Maximiliano aún no se decidía a aceptar formar una monarquía en México, pero entre los preparativos que debía hacer para la posible aceptación tenía asuntos que resolver tales como obtener el apoyo del Reino Unido y de España, y de Napoleón, su ayuda militar y financiera, pues los problemas económicos de la naciente monarquía serían muchos y tendría además, que soportar las cargas de las deudas inglesa y española (amén de la deuda francesa recargada con los bonos Jecker y el pago de los altísimos costos de la expedición francesa). Además, el tema del mando de las tropas a cargo del general Aquiles Bazaine, así como el que la Legión Extranjera conservara su bandera, eran puntos aun en desacuerdo con Napoleón.
A fines de enero de 1864, el hermano de Maximiliano, el Emperador de Austria, Francisco José, le condicionó su autorización para aceptar la corona de México, a su renuncia a sus derechos de sucesión del trono de Austria, con lo que Maximiliano no estaba de acuerdo porque le pareció injusto, de modo que el 4 de marzo siguiente, Francisco José fundamentó históricamente sus argumentos sobre la conveniencia de que renunciara a sus derechos. Al día siguiente, en París, Maximiliano y Carlota se entrevistaron con Napoleón y el 12 de marzo, suscribieron una convención provisional que fue la base del Tratado de Miramar.
Al regresar a Viena, el 22 de marzo, Maximiliano recibió una notificación de su hermano Francisco José en la que le insistió en que no consentirá que acepte el trono de México si antes no renuncia a la sucesión para sí y sus descendientes al trono de Austria. Maximiliano se negó y Francisco José pidió a Napoleón que lo presionara y así lo hizo. A fines de marzo, Napoleón le escribió una carta comprometedora y Francisco José le ofreció que, si fracasaba en México, le ayudaría a él y a su familia. Carlota fue a Viena para tratar de persuadir al emperador de Austria que desistiera en pedir la renuncia de Maximiliano a la sucesión austriaca.
Finalmente, el 8 de abril siguiente, Maximiliano decidió renunciar a sus derechos de sucesor y lo informó a Napoleón. Francisco José fue a Miramar el 9 de abril y luego de discutir con Maximiliano, firmaron ambos la renuncia en un documento conocido con el nombre de “Pacto de familia”.

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